Martina llegó al Santuario en marzo de 2021 desde Galicia porque una mujer que sufría violencia de género, contactó con Ismael para que la ayudara, ya que la amenazaba con matar a Martina.

Desde la llegada al Santuario de esta abuelita tan tierna, no ha dejado de regalarnos momentos muy tiernos que nos ha enseñado lo que es amar de verdad, y eso es lo que hemos hecho con ella, amarla hasta el final.

Se hizo muy amiga de Ègalitè, la vaca ciega que rescatamos desde Francia y que llegó embarazada. Como cuidaba de ella porque no veía, y cuando tuvo a su bebé Shamir. Y esos momentos tan graciosos que nos hacían reír tanto con Leonardo…

Pero ya tenía 41 años, y con ello llegaron los problemas que ocasionan los años, pero ahí hemos estado, siendo sus manos y sus pies, siempre pendientes de ella.
Ayer Martina ya vimos que teníamos que ayudarla a marchar, así que Ismael y Robert que tanto la quieren porque vivió con ellos, se metieron antes en su habitación para rezar por ella, para que fuera muy rápido. Y para sorpresa de todos, en tan solo dos segundos se fue, ni siquiera nos dio tiempo a ponerle ni la mitad de la dosis que le correspondía.

Estábamos todos junto a ella, mientras Coque Fernández Abella e Ismael López Dobarganes, le hablaban y le decían lo mucho que la querían. Al irse, Ismael hizo un canto para despedirla y todos nos emocionamos mucho, fue un momento de amor muy bonito que vivimos.

Pero aquí no acaba todo, porque los animales no dejan de sorprendernos. Al salir todos de su habitación abrazándonos y llorando, al mirar a la puerta que va a los prados grandes, estaban todos los burros en la puerta que habían venido. ¡Sabían que su amiga Martina se acababa de ir!

Martina, te queremos muchísimo, y te damos las gracias por habernos enseñado a amar, por ser ejemplo de lucha, fortaleza y de amor. Por habernos regalado este último tiempo contigo, un tiempo de entrega total. Era tan bonito entrar a tu habitación y ver que siempre había alguien contigo.

Ahora estás junto a Samuel, Victoria, Freser, Fabiola, y todos los niños que un día se nos fueron. Seguro que ahora estás muy feliz con ellos. No es un adiós, es un hasta luego, porque algún día volveremos a vernos.

¡TE QUEREMOS! DESCANSA EN PAZ Y AYÚDANOS DESDE DONDE ESTÁS A SEGUIR.