La muerte de Castaño ha sido un golpe muy duro para todos nosotros, ya que teníamos un vínculo muy fuerte con él.
A Castaño le daban ataques y por eso vivía junto a nosotros para tenerlo controlado y así ayudarlo. Le encantaba cuidar de las gallinas que cada día entraban para visitarlo, él les buscaba alimento y las protegía.
Llegó al Santuario en 2014 y tuvimos que llevarle muchas veces al veterinario por el problema que tenía.
Te vamos a echar mucho de menos campeón, que vacío tan grande nos dejas…
Por un mundo vegano